viernes, 7 de marzo de 2008

Unipolicial, Multicapital




La historia de las incursiones policiales y militares en las universidades es siempre escabrosa. De todos los enfrentamientos absurdos, el de los estudiantes contra la fuerzas de seguridad del Estado resulta especialmente escalofriante si ponemos atención a los papeles socioculturales que se adjudican a la figura estudiantil y a “las fuerzas del orden”. Cuando se enfrentan universitarios y policías, cuando se vuelve posible entrar a fuerza de golpes en las aulas y echar del recinto educativo -con el argumento de las macanas- a quienes lo construyen y habitan, entonces es evidente que algo no anda bien, que algo se está pudriendo en el centro y que la peste empieza a llegar a las alrededores. Como estudiantes, profesores y universitarios, como ciudadanos que confían en la educación como cauce de desarrollo y transformación social, es aterrador presenciar la irrupción de la amenaza violenta en el ámbito de la palabra. Una sociedad que ataca y reprime sus espacios de pensamiento y creación es una sociedad descompuesta.
En mi travesía universitaria, nunca me había tocado estar tan cerca de la zona de guerra. El pasado miércoles 5 de marzo, un grupo de policías antimotines irrumpieron en la Facultad de Filosofía y letras de la UAB para desalojar con lujo de violencia a un grupo de estudiantes que se manifestaba en contra del Plan Bolonya –una reforma educativa que tiende a la privatización de la Educación Pública. A partir de dicha intervención, la respuesta universitaria ha crecido y ha ganado vigor en su lucha. Evidentemente, hay un cerco informativo que desprecia este proceso. He aquí algunos nichos de resistencia: